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Buenos sentimientos, malos sentimientos: ayudar a los niños a decodificar las complicadas emociones duales de la pornografía

Recuerdo la primera vez que vi pornografía. Probablemente, tú también.

Tenía diecinueve años, estaba en una despedida de soltera y estaba muy confundida por mis emociones en ese momento. Me sentí atrapada entre la excitación y la repugnancia mientras observaba las escenas desarrollarse ante mí. ¿Cómo es posible que algo que inicialmente me envió una avalancha de buenas sensaciones me haga sentir tan asquerosamente por dentro?

Hoy en día, niños una década más jóvenes que yo han estado expuestos a contenidos que pueden ser aún más impactantes. Si yo quedé desconcertada a los diecinueve años, ¿no será mucho peor para ellos?

La pornografía explota sensaciones naturales.

Esta es la pura verdad: se supone que la actividad sexual debe hacernos sentir bien. Esas buenas sensaciones son en realidad una señal de que nuestros cuerpos están funcionando como se supone deben hacerlo. Si la procreación requiriera una actividad que no disfrutáramos, nuestra especie terminaría bastante rápido. (Nota al margen: sé que no todas las personas obtienen placer de la actividad sexual. Gran parte de eso sucede debido a factores dañinos, como el abuso. Aquí me refiero al diseño previsto de nuestros cuerpos).

Desafortunadamente, ver pornografía activa las mismas hormonas que activa la conexión sexual con otro ser humano. Esta excitación envía la señal al cerebro de que “¡Esto me hace sentir bien! ¡Sigamos haciéndolo!”.

Pero en lugar de profundizar en una relación con otra persona o crear una nueva vida, lo único que queda es un niño confundido que no comprende los sentimientos encontrados dentro de su cuerpo. ¿Cuáles son estas emociones duales? Muchos niños dicen que, aunque pueden sentirse emocionados, interesados y atraídos al principio, también se sienten “asqueados” o “con ganas de vomitar”.

Reconocer las sensaciones duales

Es común que los educadores sobre seguridad en Internet aconsejen a los niños que busquen ayuda de un adulto de confianza si ven algo en línea que les resulta confuso, que saben que está mal o cuando algo les parece “mal”.

Cuando no explicamos que la pornografía puede crear sensaciones malas y buenas al mismo tiempo, los niños pueden sentir que algo anda mal con ellos. Es posible que decidan que son niños malos porque tuvieron buenos sentimientos al ver cosas malas. Y es posible que se escondan avergonzados en lugar de pedir ayuda.

Contenido relacionado en inglés: How Porn Hijacks Young Brains and 3 Effective Ways to Defend Your Kids (Part 2)

El colocón de la pornografía

Incluso cuando los niños no han comenzado la pubertad, aún pueden verse afectados por ver pornografía. Niños de tan solo ocho años se han puesto en contacto con Fight the New Drug para pedirles ayuda para dejar de ver pornografía. Incluso los niños demasiado pequeños para experimentar sentimientos sexuales pueden seguir mirando simplemente por curiosidad. Su trabajo es crecer y convertirse en adulto, por lo que intentan descubrir qué hacen los adultos.

Las niñas pueden comenzar la pubertad a los ocho años, mientras que la mayoría de los niños no comienzan hasta los diez años. Es una edad muy temprana todavía. La pornografía hace lo posible por activar esas hormonas que les hacen "sentirse bien", al fin de que los niños se enganchen temprano y sigan volviendo a por más. Es por eso que el 10% de los visitantes de sitios de vídeos porno tienen menos de 10 años. 

Este es el “colocón” del porno.

El bajón de la pornografía

Si bien nuestros hijos tienen sentimientos sexuales, también tienen una conciencia en desarrollo. Están empezando a comprender las opciones éticas del bien y del mal, como qué es justo y cómo se trata a los demás.

Así como la pornografía despierta su interés sexual, también activa su conciencia. Por eso los niños dicen que se sienten molestos después de ver pornografía. Esta sensación física está ligada a respuestas emocionales como:

  • Conmoción e incluso trauma por haber estado expuesto a actividad sexual explícita a una edad temprana. (Incluso a muchos adultos les resulta perturbador).
  • Vergüenza por ver desnudez y conductas sexuales, que los niños saben que deberían ser privadas. Luego, a menudo sienten que ellos mismos son malos niños.
  • Tristeza al ver el maltrato a otro ser humano.
  • Miedo a que algo malo les pueda pasar a ellos o a un ser querido.
  • Culpabilidad si rompieron las reglas en su familia o en la escuela.
  • Ansiedad porque les preocupa meterse en problemas.

Este es el bajón del porno.

El choque emocional instigado por el porno

Para ilustrar sólo una de estas respuestas emocionales, considera lo que les decimos a nuestros hijos sobre la importancia del recato. Les enseñamos a mantener la ropa puesta en público y s cerrar la puerta del baño. Los entrenamos para proteger sus cuerpos, para que nadie toque sus zonas privadas. Compartimos el nivel de afecto apropiado con nuestros cónyuges en torno a los niños y mantenemos la intimidad sexual en privado detrás de una puerta cerrada con llave.

Pero con la pornografía, todo queda al descubierto para que cualquiera pueda verlo. Los niños saben que lo que están viendo no deberían verlo. Otro choque de emociones. 

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De la confusión a la seguridad

Como adultos, sabemos que puede resultar difícil reconciliar emociones conflictivas. Queremos el brownie, pero también queremos adelgazar. Queremos un coche nuevo, pero también queremos salir de nuestras deudas. Queremos gestionar el tiempo de forma productiva, pero redes sociales nos absorbe. ¡Querer cosas opuestas es difícil de manejar a cualquier edad!

Con esto en mente, podemos ayudar a nuestros hijos a sortear las artimañas de la pornografía. A continuación, se ofrecen algunos consejos para ayudarlos y guiarlos mientras desenredan sus sentimientos confusos.

  1. Empatizar: Tu hijo ya se siente fatal. La vergüenza provoca el deseo de esconderse, y esto es lo último que uno desea cuando se trata de pornografía. En lugar de eso, empatiza con ellos. Habla sobre los errores que cometió y que te han causado malestar. Afirma que lo que han visto no les define. Asegúrales que los amas y que estarás ahí para ayudarlos.
  2. Normalizar: Es muy importante que los niños sepan que sus sentimientos sexuales son normales y buenos. Hazles saber que así es como están diseñados sus cuerpos y que te alegras de que tengan estos sentimientos buenos e intensos. Comparte las razones por las que tenemos estos sentimientos. Refuerza los valores de tu familia sobre las formas apropiadas para expresar sus sentimientos sexuales a medida que crecen y cuando salen y se casen.
  3. Proteger:  Habla sobre trabajar juntos para una mejor seguridad en línea. ¿Cuáles fueron las circunstancias que rodearon el encuentro con la pornografía? ¿Qué ideas tienen para ayudarles a mantenerse seguros? ¿Qué puedes hacer como padre para proteger su seguridad?
  4. De acuerdo: Llegad a un acuerdo con respecto al hecho de que la pornografía es perjudicial para ellos. ¿Por qué ver pornografía les hace sentir tan deprimidos y angustiados? Esos malos sentimientos son señal de que es una buena persona que reconoce cuando algo anda mal. Incluso los niños pequeños comprenden el valor de las personas. Puedes explicarles que ver pornografía afecta su forma de pensar sobre los demás. Enseñe a sus hijos sobre los efectos perjudiciales de la pornografía, adaptado a su edad. A continuación se ofrece una descripción general de algunos de los efectos nocivos de la pornografía.
  5. Dar: Dale a tu hijo herramientas para saber qué hacer cuando vuelva a encontrarse con el porno. Asegúrese de consultar el Plan Puedo (Can Do Plan, en inglés). Pensad en ideas sobre cómo gestionar la situación si alguna vez se sienten tentados a buscar pornografía. ¿Te pueden pedir que hagas algo? ¿Salir a jugar? ¿Llamar a un amigo? 
  6. Animar: Anima a tu hijo a seguir acudiendo a ti. Pueden hacer preguntas. Pueden decirte que han visto algo malo. Pueden recurrir a ti cuando sus amigos los presionan. La comunicación abierta es fundamental para conectarse con su hijo. Cuantas más relaciones positivas tengan, menos probable será que busquen pornografía y otras sustancias adictivas.

Contenido relacionado en inglés: 3 Steps to Give Kids an Internal Filter

Como madre, entiendo totalmente que hablar con los hijos sobre sus sentimientos sexuales es incómodo. Puede resultar más seguro ignorar el desarrollo sexual natural y saludable de nuestros hijos y simplemente centrarse en lo mala que es la pornografía. Superar nuestra incomodidad y hablar abiertamente sobre los sentimientos buenos y malos que conlleva la pornografía les da a tus hijos el poder de controlar sus emociones. Construir un sistema de apoyo y una comunicación saludable que dure muchos años hace que todo valga la pena.